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jueves, 26 de junio de 2014

Sus plumas acariciaban mis ojos
Contorno del delirio
Cuando supe tocar
Con las pupilas,
Ella se perdía en la noche
Su nombre fugaz
Lo devoraba la luna,
Esa implosión cristalina
No era sólo miradas,
Sino un juego
Donde sólo nosotros
Sabíamos encontrarnos.


Barroso Nahuel .

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